lunes, 16 de mayo de 2011

II Simposio Internacional de Expertos Abolición de la Esclavitud y su Trata, Colonialismo, Apartheid, Negrofobia y Racismo. 17 de mayo de 2011 Auditorio de la Fundación ONCE



Dr. Carlos Jara Cuevas; en representación del Centro Europeo Iberoandino de España hago el llamamiento para participar en este magno evento de reinvindicación de los Derechos civiles y Humanos de la Comunidad negra Afroeuropea y española donde destaca la participación de importantes personalidades, intelectuales y representantes de la sociedad civil organizada afin de contribuir al gran debate por la visibilización de la causa afrodescendiente en el mundo, en este sentido cabe destacar la gran labor del Ing. Luis Alaberto Alarcón Valencia Presidente del Comité Internacional de Derechos Humanos de la Comunidad Negra de España y Presidente de la Fundación Vida Grupo Ecológico Verde.

de Carlos Jara Cuevas, el Lunes, 16 de mayo de 2011 a las 23:02
II Simposio Internacional de Expertos en Racismo
Madrid 17 de mayo de 2011  auditorio Fundación ONCE
Hoy se celebra el II Simposio Internacional de Expertos Abolición de la Esclavitud y su Trata, Colonialismo, Apartheid, Negrofobia y Racismo.

 El Organizador del evento es el Ing. LUIS ALBERTO ALARCON VALENCIA  Presidente del Comite Internacional de Derechos Humanos de la Comunidad Negra de España y de la Fundación Vida-Grupo Ecologico Verde.

En el marco de la Declaración de Durban 2001, el 111 TH CONGRESS SESSION 1st. H. RES. 595 “Recognizing persons of African Descent in Europe y la Declaración del 2011 Año Internacional de los Afrodescendientes – OEA – ONU. Valorar las estrategias globales de los organismos internacionales para la lucha contra el racismo, la negrofobia y el fomento de la igualdad, la equidad y la justicia social ambiental. Presentar formulas de Acciones Positivas para
fomentar la inclusión afirmativa de la referencia negra, las minorias étnicas y las colectividades multiculturales en todos los espacios del desarrollo humano.


El II Simposio Internacional de Expertos, Abolición de la Esclavitud y su Trata: Colonialismo, Apartheid, Racismo y Negrofobia. Una mirada al pasado y presente de la Comunidad Negra frente a la “Moral Política, Ética Profesional, Estética Social y Dignidad Religiosa” motiva Acciones Positivas contra los Instrumentos Culturales
Asociados al Racismo Institucional que Victiman a Colectividades multiculturales y las Minorías Étnicas en Europa, las Américas y el Caribe, plantea en Ponencias Magistrales, subrayar con la participación de Expertos representantes de organizaciones públicas, privadas, lideres y activistas, en el contexto global de Seguridad en Democracia,
Globalización, Neoliberalismo, Igualdad de Trato, Desarrollo y Progreso Humano en el Siglo XXI, la retórica de buena voluntad de instituciones Europeas y Gobiernos de las Américas y el
Caribe. Organismos supra vinculados al Desarrollo Social Integral y defensa de los Derechos Humanos en la lucha global contra el racismo, segregación y xenofobia que en el siglo XXI padecen la Comunidad Negra, Minorías Étnicas y las Diversidades Culturales. Establecer una
retrospectiva histórica que permita conocer el origen del racismo y las consecuencias de las acciones nefasta que impiden la convivencia, la tolerancia, la dignidad y el respeto de la persona humana.

JUSTIFICACION. La Ciudadanía Universal y la Sociedad Civil Organizada como principio de legitimidad. En un debate abierto, pretendemos razonar sobre cuestiones básicas que a todos
y todas nos comprometen… al tanto, las instituciones de los gobiernos matizan sobre las relaciones sociales y sus conflictos, ¿quién cuestiona la violación de los Derechos Humanos
ejercidos por los organismos internacionales e instituciones gubernamentales garantes de
salvaguardar la defensa de la dignidad humana?. Las evidencias de la perdida sistemática y estructural de los Derechos Humanos y Libertades Fundamentales que afectan a determinados
colectivos sociales; la reflejan las asociaciones de base referentes de sus colectividades enfrentadas al paradigma del nepotismo ilustrado. ¿Quién administra los recursos de los impuestos ciudadanos destinados a las promoción de la tolerancia y la convivencia?.
¿Quiénes se benefician de estos recursos económicos? ¿Y quién defiende los criterios de selección para empoderar a los más necesitados enfrentados a quienes más tienen y se benefician del tráfico de influencias?.

OBJETIVO GENERAL: Queremos “Valorar las Incidencias de Inmersión de la Unión
Europea y las consecuencias derivadas de la esclavitud, el colonialismo, el apartheid y la negrofobia en el Pueblo Negro de Europa, África, Asia, las Américas y el Caribe.”

METODOLOGIA:. La Fundación Vida – Grupo Ecológico Verde, Federación Panafricanista, Plataforma Solidaridad, Comité Internacional de Derechos Humanos Comunidad Negra de España, amigos y simpatizantes de la causa negra en el mundo, invitan a través de convocatoria abierta a representantes de organizaciones internacionales, entidades gubernamentales, políticos, universidades, profesionales y la sociedad civil organizada en general a participar con sus ponencias magistrales en el marco de los ejes temáticos
establecidos. Las intervenciones de los ponentes duran 10 - 20 minutos.

FINALIDAD DEL EVENTO: Contribuir a recuperar la memoria histórica negra y contrastar en el presente las
consecuencias del pasado que determinan el futuro de las nuevas generaciones de la población negra en el mundo. Garantizar que la crueldad, la esclavitud y las masacres nunca más acontezcan contra la humanidad y la dignidad de las personas.

viernes, 13 de mayo de 2011

SITUACION Y FUTURO DE LA DEMOCRACIA

13-05-2011

Entrevista a Noam Chomsky
Situación y futuro de la Democracia

Thought Economics

Traducción: Red Kite

Una mirada al Reino Unido, Estados Unidos y Europa.
Pregunta: ¿Hasta qué punto son libres y democráticas nuestras sociedades?
Noam Chomsky: Atendiendo a estándares históricos, estas sociedades son bastante libres. Son democráticas en el sentido de que tienen elecciones formales que no están amañadas y todo eso. No son democráticas en cuanto a que hay otras fuerzas, que no tienen nada que ver con lo popular, que afectan de manera determinante a quién puede presentarse a unas elecciones. Estados Unidos es el caso más extremo a este respecto. En este momento, las elecciones en Estados Unidos están básicamente compradas. No puedes presentarte a unas elecciones a menos que dispongas de una enorme cantidad de capital, lo que significa que, aunque no representan ni al 1% de la población, son sobre todo las grandes corporaciones las que proporcionan ese respaldo de capital. En las elecciones de 2008, por ejemplo, lo que llevó a Obama a la victoria final fue una sustancial ayuda procedente de instituciones financieras que son ahora el núcleo de la economía. Se estima que las próximas elecciones costarán unos 2.000 millones de dólares, y solo hay un sitio al que acudir en busca de una suma de dinero semejante.
Antes solía haber un sistema de asignación de puestos en los comités del Congreso a los que se accedía por veteranía y todo eso. Ahora mismo, generalmente se exige que quienes aportan fondos estén en el comité del partido, lo que significa que incluso esos puestos están, en gran medida, comprados. Esto significa que la opinión popular está mucho más marginada. Esto se ve muy claro en cualquier asunto del que se trate. Se dice que el gran problema ahora mismo, a nivel nacional, es el déficit. Pues bien, la gente tiene ideas sobre cómo acabar con el déficit. Por ejemplo: gran parte del déficit es el resultado de un sistema de salud altamente defectuoso cuyo coste per cápita es cerca del doble que en otros países y que, en modo alguno, obtiene mejores resultados; de hecho, los resultados son bastante más pobres. La población se ha mostrado desde hace tiempo a favor de cambiar a un tipo de sistema nacional de salud, que sería mucho menos caro y (a juzgar por los resultados) nunca peor, incluso puede que mejor. ¡Solo eso ya eliminaría el déficit! ¡Y ni siquiera se ha considerado!
P: ¿Qué es lo que realmente mueve nuestra política exterior y cómo nos afecta eso a nosotros, los ciudadanos?
NC: La política exterior del Reino Unido y Europa tiende a seguir a Estados Unidos; no completamente, pero EE UU sigue siendo el principal conductor de la política exterior. No es ningún secreto qué es lo que mueve la política exterior. Bill Clinton, por ejemplo, fue bastante explícito sobre ello. Su postura, expresada con claridad en el Congreso, fue que EE UU tiene derecho a llevar a cabo una acción militar unilateral, apoyado en ocasiones por una –así llamada– coalición de los dispuestos, para asegurarse recursos y mercados y que debe tener fuerzas militares desplegadas –lo que significa bases extranjeras en Europa y en cualquier otra parte– para modelar los acontecimientos en nuestro interés. Nuestro interés no significa el del pueblo americano, sino el interés de quienes diseñan la política; fundamentalmente, las grandes corporaciones.
La política exterior puede emprenderse por vías que puedan perjudicar a la seguridad. De hecho, no es infrecuente, después de todo. Si seguimos la Comisión Chilcot [la comisión del parlamento británico encargada de investigar el papel del Reino Unido en la Guerra de Irak. N. del T.], la jefa del MI5 testificó –como mera extensión de algo que ya se sabía– que tanto Estados Unidos como Gran Bretaña reconocían que Sadam Husein no era una amenaza y que la invasión aumentaría, muy probablemente, la amenaza del terror. Y de hecho, ¡lo hizo! Aproximadamente siete veces en el primer año, según estadísticas cuasi oficiales. Así que se emprendió una invasión que provocaría daños a los ciudadanos de los países invasores, como en efecto ocurrió. Al principio, por supuesto, los motivos se presentaron con las coletillas habituales, es decir, con el dossier informativo que acompaña cada uso de la fuerza, con alusiones a la democracia y a toda clase de conceptos maravillosos. Cuando empezó a verse claro que los objetivos de la guerra no iban a alcanzarse con facilidad, hacia el final de la invasión, ciertas políticas se establecieron con claridad. En noviembre de 2007, la Administración Bush emitió una Declaración de Principios que establecía que cualquier acuerdo con Irak habría de garantizar la capacidad ilimitada de las fuerzas norteamericanas para operar allí –esencialmente, bases militares permanentes– y que dicho acuerdo debería también asegurar la posición de privilegio de los inversores de EE UU sobre los sistemas de energía. En 2008 Bush reiteró, y de hecho, reforzó, este aspecto en un mensaje al Congreso, en el que dijo que haría caso omiso de cualquier legislación que limitara la capacidad norteamericana para usar la fuerza en Irak o que interfiriera con el control norteamericano sobre el petróleo iraquí. Esto se declaró muy clara y explícitamente. En realidad, EE UU tuvo que dar marcha atrás en sus objetivos como consecuencia de la resistencia iraquí; pero los objetivos en sí mismos fueron claros y explícitos, y no tenían nada que ver con la seguridad de los norteamericanos. Esto mismo es cierto en cualquier otra parte. Un eminente especialista en Pakistán revisó recientemente las políticas norteamericanas en Pakistán y Afganistán, revelando una vez más que estas políticas están aumentando de manera significativa la amenaza del terror y hasta posiblemente del terror nuclear. Sus conclusiones fueron que los soldados norteamericanos y británicos están muriendo en Afganistán para hacer el mundo menos seguro para los norteamericanos y los británicos. Esto no es tan infrecuente. La seguridad no es, típicamente, una prioridad esencial de los Estados. Hay otros intereses.
P: ¿Hasta qué punto están influenciados los medios por los objetivos del Gobierno y de las empresas?
NC: Hay casos en los que tiene lugar una interferencia directa del Gobierno y de las empresas, pero no creo que ese sea el principal problema en lo tocante a la influencia del Gobierno y las empresas sobre los medios. Tomando a Estados Unidos como ejemplo, los medios son grandes corporaciones, o sea que no es una cuestión de influencia empresarial; son corporaciones que están estrechamente ligadas al Gobierno. Hay un flujo constante de gente entre las corporaciones y el Gobierno; las interacciones son muy estrechas. El entramado de selección de los contenidos sobre los que se debe informar, cómo se debe informar y demás está modelado de manera determinante por los intereses compartidos de las élites del mundo de los negocios, el Gobierno, etc. De hecho, en las universidades no es diferente, y puede verse día tras día. No hay más que fijarse en la zona de exclusión aérea en Libia. En Libia, la intervención –tanto si uno la aprueba como si no– la están llevando a cabo las tres potencias imperiales tradicionales: EE UU, Gran Bretaña y Francia. Hay una participación marginal de algunos otros países de la OTAN, pero los principales países rehúsan involucrarse, y muchos simplemente se oponen a ella. Los BRICS [grupo integrado por cinco países con gran territorio y población: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. N. del T.], por ejemplo, están en contra, y Turquía no quiere involucrarse. Pues bien, estos tres, este triunvirato imperial, dieron gran difusión en su propaganda a una petición de la Liga Árabe sobre una zona de exclusión aérea. La declaración de la Liga Árabe era bastante tibia, y así fue calificada poco después, pero había, de hecho, una llamada en pro de una zona de exclusión aérea. Al mismo tiempo, la Liga Árabe solicitó una zona de exclusión aérea sobre Gaza. En Estados Unidos, literalmente no se informó de eso. Aunque algunos periódicos pequeños puedan haber hablado de ello, no hubo ningún medio importante –ni el New York Times, ni el Washington Post, ninguno de los grandes– que informara de ello. En realidad, en toda la prensa angloamericana, la única mención apareció en el Financial Times. Bueno, se trataba de una zona de exclusión aérea sobre Gaza… algo que no se ajusta a los intereses norteamericanos y, en consecuencia, no era noticia. Al mismo tiempo, la zona de exclusión sobre Libia sí que se ajustaba a los intereses del triunvirato imperial, así que eso era una noticia importante. Y este es el estándar; ocurre a todas horas.
Uno de los ejemplos más impactantes que nos dice algo sobre la cultura intelectual generalizada tiene que ver con Wikileaks. La filtración que recibió, con diferencia, la mayor atención en términos de titulares y comentarios eufóricos fue que los árabes apoyaban la política norteamericana con respecto a Irán, la hostilidad hacia Irán. Eso estaba por todas partes y fue muy interesante, porque a lo que se refería en realidad era a los dictadores árabes. ¿Y qué hay de la opinión pública árabe? Bueno, eso también fue estudiado, y fue estudiado por las más prestigiosas instituciones de encuestas norteamericanas y publicado por instituciones tan prestigiosas como Brookings. ¡La prensa no informó sobre estos estudios! En Estados Unidos, literalmente no se informó. Creo que hubo un reportaje en Inglaterra. Estos estudios colocan a Egipto como el país más importante de la región, y en Egipto el 90% de la población considera a Estados Unidos como la amenaza más importante. El 80% cree que la región sería más segura si Irán tuviera armas nucleares. Solo un pequeño porcentaje, puede que un 10%, considera a Irán una amenaza. Esas cifras son bastante similares en toda la región. Pero para los políticos, eso no tiene importancia. Mientras los dictadores nos apoyen, ¿qué más da?
Esto nos lleva de vuelta a nuestra primera pregunta sobre la actitud hacia la democracia. La actitud es que la población no importa, mientras esté bajo control; y esto se puede comprobar. Este es, por cierto, un problema bastante viejo. Si tuviéramos una información seria sobre estos temas, no solo se informaría sobre la opinión pública árabe, sino también sobre el hecho de que la política de ignorar a la opinión pública árabe ha estado presente desde hace tiempo. En los años 50, el presidente Eisenhower estaba preocupado por lo que él llamaba la ‘campaña del odio’ en el mundo árabe; no por parte de los Gobiernos, sino de la gente. En el mismo año, el Consejo de Seguridad Nacional publicó un estudio que concluía que la percepción entre la gente del mundo árabe era que Estados Unidos apoya a las dictaduras brutales y violentas, bloqueando la democracia y el desarrollo, y lo hace para mantener el control sobre sus fuentes de energía. Acabó concluyendo que la percepción (de los objetivos en política exterior) era más o menos exacta, y que, mientras los dictadores nos apoyaran, ¿a quién le importa que haya una campaña de odio?, siempre y cuando podamos controlar a la población… Eso se ha mantenido como una política consistente, dramáticamente patente hoy día, y como puede verse por la reacción a estas filtraciones e informes con datos cruciales no publicados, se ha convertido en una actitud generalmente aceptada entre los sectores mejor formados.
P: ¿Cuál es la verdadera naturaleza de la subversión informativa que se aprecia en los gobiernos y las grandes corporaciones?
NC: Yo diría que, hasta ahora, hay miles de páginas con información detallada sobre este tema. Sin ir más lejos, miremos los temas que acabamos de mencionar. ¿Es importante para nosotros saber que la invasión de Irak se emprendió con la expectativa de que aumentaría el terrorismo?, ¿que se emprendió con la intención de asegurar que las corporaciones norteamericanas tuvieran acceso privilegiado al petróleo iraquí? ¿y que se convertiría en una base militar permanente de EE UU? Yo creo que habría sido importante para el público saber eso. Creo que sería importante para el público saber que la opinión pública árabe es tan hostil al poder occidental (en concreto, a EE UU) que considera a EE UU como la primera amenaza y cree que la región estaría mejor si Irán tuviera armas nucleares. ¿Es importante para la gente de Estados Unidos y Gran Bretaña saber eso? ¡Yo diría que sí! Y podríamos seguir con otros casos. Por ejemplo, ¿es importante para los norteamericanos saber que, si tuviéramos un sistema de salud similar al de otras sociedades industrializadas, el déficit se eliminaría y no tendríamos que ir contra las pensiones de los maestros o el pago de medicinas para los ancianos, etc? Sí; creo que sería importante saberlo. ¡De hecho, creo que eso debería ser un titular a toda plana!
Toda esta información puede obtenerse a poco que se investigue, pero ni siquiera se menciona a los ojos del público.
P: ¿Qué influencia ejercen las grandes corporaciones en la sociedad?
NC: Las corporaciones juegan un papel determinante en la sociedad. No creo que este hecho sea ni siquiera discutible. Adam Smith ya hacía apreciaciones similares hace tiempo, señalando que en Gran Bretaña los principales arquitectos de la política eran los comerciantes y los industriales, la gente que era dueña de la sociedad, y se aseguraban de que se sirviera a sus intereses sin importar el doloroso impacto para el pueblo de Inglaterra. Esto es mucho más cierto hoy día, con concentraciones de poder mucho mayores; ahora ya no somos solo industriales: tenemos instituciones financieras y corporaciones multinacionales. Tienen una enorme influencia, y esa influencia puede ser no solo dañina, sino letal en muchos casos.
Tomando como ejemplo a Estados Unidos, las corporaciones han estado realizando grandes campañas propagandísticas para convencer a la población de que el cambio climático no es una amenaza. Esto ha llevado, en efecto, a la mayoría de la gente a estar de acuerdo en que no es un problema real. El capital privado ha sido también el instrumento principal que ha llevado al Congreso a un nuevo grupo de notables, unas figuras que son, prácticamente todas, negacionistas del cambio climático. Estos individuos están a punto de aprobar una legislación que reduzca los fondos del organismo internacional (el IPCC) [Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, el comité de expertos auspiciado por la ONU para tratar este asunto. N del T.] y la capacidad de la Agencia de Protección Ambiental, que puede que ni siquiera sea capaz de monitorizar el efecto de los gases de efecto invernadero ni de llevar a cabo otras acciones que podrían reducir el impacto del calentamiento global, que es una amenaza muy seria. Esto lo han hecho los ejecutivos de las grandes empresas mediante campañas de propaganda y financiando a las figuras políticas que dinamitan esos esfuerzos. Ellos comprenden tan bien como cualquiera que el calentamiento global es una amenaza muy grave, pero aquí entra a jugar el rol institucional. Cuando eres el consejero delegado de una gran empresa, tu tarea es maximizar el beneficio a corto plazo. Eso es mucho más cierto ahora de lo que lo haya sido nunca antes. Estamos en una nueva fase del capitalismo de Estado en la que el futuro simplemente no importa demasiado; ni siquiera la supervivencia de la empresa importa demasiado. Lo que importa cada vez más es el beneficio a corto plazo, y si no es eso lo que persigue un consejero delegado, será reemplazado por otro que lo haga. Este es un efecto institucional, no personal, y tiene extraordinarias implicaciones en la sociedad. De hecho, podría destruir nuestra propia existencia.
P: ¿Hasta qué punto existe todavía un sistema de clases en las sociedades occidentales?
NC: Las clases dirigentes están librando constantemente una dura guerra de clases y son conscientes de ello. Si leemos la prensa de negocios, se lamentan del peligro al que se enfrentan los empresarios, del creciente poder político de las masas, de la necesidad de pelear en la interminable batalla por las mentes de la gente, etc. ¡Y actúan al respecto! Continuamente realizan grandes campañas que garanticen que la concentración de poder en manos del sector empresarial siga creciendo. En los últimos treinta años, más o menos, ha habido cambios en la naturaleza de la economía, que se ha desplazado desde el capitalismo hacia el capitalismo de Estado. Gran parte del dinamismo de una economía proviene del Estado; los ordenadores, Internet, la revolución tecnológica, etc. Las aplicaciones vienen del sector privado, pero no la investigación y el desarrollo. Eso sigue siendo cierto en todas las áreas. En los últimos treinta años ha habido un cambio significativo hacia la ‘financialización’ de la economía. Las instituciones financieras tienen ahora una cuota mucho mayor en los beneficios económicos de la que tenían hace cuarenta años. Se ha dado también otro desplazamiento hacia la externalización de la producción, que, en realidad, coloca a los trabajadores de todo el mundo en competición, con consecuencias obvias. Esos movimientos han puesto en movimiento un círculo vicioso en el que la riqueza esta cada vez más concentrada en una población extremadamente pequeña. En Estados Unidos, el primer factor de desigualdad es la concentración extrema de la riqueza en una fracción del 1% de la población, que incluye a consejeros delegados, directores de fondos de inversión, etc. Según aumenta esa concentración de la riqueza, lleva consigo una concentración de poder político, dado que la riqueza tiene un enorme efecto sobre el sistema político, y el poder político, a su vez, conduce a una legislación que refuerza la concentración de la riqueza. Políticas fiscales, desregulaciones, normas sobre los estatutos de las empresas, etc. Este ciclo existe en todo el mundo, pero en Estados Unidos es demoledor. Como muestra, en la última generación hemos visto repetidas crisis financieras que simplemente no se daban en los años 50 o en los 60, cuando las medidas de new-deal [programas económicos intervencionistas impulsados en los años 30 por Roosevelt para superar la Gran Depresión. N. del T.] todavía estaban vigentes y el sistema financiero estaba mucho más restringido. Las crisis cada vez mayores ya no son un problema para los grandes bancos y los grandes inversores porque pueden confiar en papá Estado para que los rescate. Si tuviéramos un sistema capitalista, las crisis financieras serían graves, pero sus consecuencias se saldarían únicamente con la bancarrota de los culpables, con lo que Goldman Sachs, JP Morgan Chase y Citigroup simplemente no existirían; ¡habrían entrado en bancarrota hace mucho tiempo! Pero como no estamos en un sistema capitalista, han sido rescatados de manera reiterada por el contribuyente. De hecho, se los ha considerado por parte de las políticas reguladoras gubernamentales como “demasiado grandes para caer”, y las agencias de calificación lo tienen en cuenta. Cuando establecen el nivel de riesgo de Goldman Sachs, tienen en cuenta que, si se embarcan en muchas transacciones de alto riesgo y, por tanto, consiguen un enorme beneficio que termina colapsando el sistema, habrá un rescate que hará subir la calificación de esas firmas, lo que significa que podrán obtener créditos más baratos, y así sucesivamente. Mientras tanto, para el grueso de la población de las últimas generaciones –es decir, para la abrumadora mayoría– los ingresos han descendido de manera muy notable, mientras que las horas de trabajo han aumentado y los beneficios se han reducido, lo que ha llevado a una población enfadada, frustrada y confusa que está mucho más distanciada de las decisiones políticas. Decisiones que están, en enorme proporción, en manos de una concentración de poder extremadamente pequeña; y los medios de comunicación colaboran en ello, ya que son esencialmente parte del sistema. Hay algunas voces críticas en la periferia –después de todo, esta es una sociedad libre– pero las fuerzas mayoritarias tienden a apoyar al sistema. Estas son tendencias muy antidemocráticas, y también bastante peligrosas.
Una mirada a los conflictos.
P: ¿Cuál es su visión de la ‘guerra global contra el terror’?
NC: El problema es que no existe. No se combate al terror con acciones que se sabe de antemano que aumentarán el terror. La invasión de Irak, de nuevo, se emprendió con la expectativa de que aumentaría el terrorismo, y de hecho lo hizo. Eso no es una guerra contra el terror. No debería haber una guerra contra el terror, sino esfuerzos para debilitar al terror. Los modos de hacer esto son bien conocidos y entendidos. Gran Bretaña es un ejemplo perfectamente válido. Tomemos, por ejemplo, el terrorismo del IRA, que era bastante serio. Mientras Gran Bretaña respondió usando la violencia, contribuyó a una escalada del ciclo del terror. Finalmente –en parte, por la influencia de Estados Unidos y en parte por la presión interna–, la respuesta fue prestar atención a las quejas legítimas que subyacían en las acciones terroristas. Y bien, eso condujo al declive del terror. Por ahora, Irlanda del Norte –aunque no es ninguna utopía– no es, desde luego, como era hace solo quince años. ¡Esa es la manera de abordar el terror! Observar sus raíces, su origen, y hacer algo al respecto.
Una mirada a la globalización y la sociedad
P: ¿Cuáles son sus visiones acerca de la globalización y el desplazamiento del poder económico hacia China y la India?
NC: Antes de nada, deberíamos ser cuidadosos al hablar de “desplazamiento del poder económico”. Es cierto, desde luego, que China y la India han tenido tasas de crecimiento muy significativas, pero se trata de países muy pobres. Echemos un vistazo a su renta per cápita, por ejemplo. Según las cifras del Banco Mundial (que están groseramente subestimadas) China tiene quizá el 5% de la renta per cápita de Estados Unidos, y la India en torno al 2%. Estas cifras deberían multiplicarse por dos o por tres, pero incluso así suponen una pequeña fracción de las occidentales. China ha crecido de manera espectacular, y ha habido un impacto bastante significativo en la reducción de la pobreza y demás. A pesar de todo, China sigue siendo, de momento, una planta de ensamblaje. Si echamos un vistazo al déficit comercial de Estados Unidos con China (algo de lo que se ha hablado mucho) y lo calculamos con exactitud, en términos de valor añadido, resulta que el déficit comercial con China está sobreestimado entre un 25 y un 30 por ciento. El déficit comercial con Japón, Taiwán y Corea del Sur está subestimado en la misma proporción. El motivo es que, dentro del dinámico sistema de producción de Asia del Este, los componentes de alta tecnología vienen de la periferia –de Japón, Corea del Sur y Taiwán– y China los monta. Con el tiempo, esto cambiará, a medida que China vaya escalando peldaños en la escalera tecnológica, pero en este momento es así. Esto es aún más claro en el caso de la India, que tiene cientos de millones de personas que están excluidas por completo del sistema. Los suicidios de campesinos aumentan aproximadamente en la misma proporción que la creación de millonarios. Un par de cientos de millones de personas han obtenido ganancias, mientras otras muchas no, y su situación ha ido empeorando. Existen, además, enormes problemas ecológicos que no son contabilizados como costes, aunque deberían serlo. Lo que está ocurriendo allí es bastante espectacular.
Se ha hablado mucho de que China posee una parte de la deuda de EE UU y de lo que eso implica, y todo eso. Japón posee aproximadamente la misma cantidad de deuda norteamericana, lo que no otorga a Japón ningún poder sobre Estados Unidos. Hay muchos comentarios engañosos sobre estos temas.
P: ¿Cómo cree que será el mundo dentro de 25 años?
NC: Bueno, están ocurriendo varias cosas. Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos era abrumadoramente dominante; su poder ha ido declinando desde entonces, y continúa en declive en este momento. En parte, este declive tiene que ver con el crecimiento cada vez mayor de la producción asiática; no debemos exagerarlo, pero es ciertamente una de las razones. Otro factor es el ataque interno a la salud de la sociedad norteamericana; la ofensiva de las corporaciones que ha tenido lugar en la última generación ha debilitado seriamente a la sociedad norteamericana. Hay un ataque al sistema educativo que tendrá graves efectos a largo plazo sobre la economía; hay un ataque generalizado contra la clase trabajadora: el círculo vicioso que antes describí es beneficioso para un pequeño sector de la población, pero es dañino para todos los demás. Las infraestructuras están en un estado lamentable. ¡Cualquiera que viaje a Estados Unidos desde Europa o incluso desde Asia piensa a menudo que está llegando a un país del tercer mundo! Y esto va a peor. No supone un problema para el pequeño sector de ricos y poderosos que externalizan la producción y se dedican a la especulación financiera; para ellos, realmente no importa si el país está en declive. Pero está en declive, y sufre ataques internos. Estados Unidos tiene una crisis financiera –el problema del déficit y de la deuda– debida a dos motivos. Uno, un presupuesto militar enormemente abultado, que es aproximadamente el mismo que el del resto del mundo junto, y en segundo lugar, un sistema sanitario desregulado, privatizado y altamente deficiente. Esos dos elementos están siendo protegidos, y eso, junto con el círculo vicioso que he mencionado, conduce a graves problemas internos que harán que el declive continúe. Además, el problema medioambiental es muy serio. Si Estados Unidos no se pone en cabeza, el resto del mundo no va a hacer demasiado. Si Estados Unidos mina los esfuerzos para atajar los problemas ambientales –como está sucediendo ahora–, la cosa va a ser aún más grave, y eso es exactamente lo que tenemos enfrente de nosotros, por las razones institucionales que he mencionado. Dentro de treinta años, eso será mucho más importante.
Por desgracia, existe además una amenaza cada vez mayor de guerra nuclear e incluso de terrorismo nuclear. Es por eso por lo que antes mencioné la política de EE UU en Afganistán y Pakistán. Parte de esa política aumenta el riesgo de que materiales fisionables puedan caer en manos de islamistas radicales. Hay que decir que el islamismo radical ha sido fuertemente apoyado durante mucho tiempo por Estados Unidos y Gran Bretaña para combatir el nacionalismo secular. Estados Unidos también ha apoyado los programas nucleares de Pakistán, India e Israel, los tres no firmantes del Tratatado de No Proliferación. Todo eso supone una mezcla explosiva.
También va a haber cada vez más conflictos por los recursos. Los recursos se están exprimiendo hasta el límite, y con un crecimiento cada vez mayor, la competencia será dura, lo que conducirá a graves conflictos por los recursos y puede que a guerras de algún tipo. Puede que no se trate de guerras militares, pero algún tipo de conflicto. Si miramos, por ejemplo, a la reserva de energía más importante del mundo, en Oriente Medio, ¡en este momento esos recursos están yendo más al Este que a Occidente! Estados Unidos tolera esto de buen grado; quieren que el petróleo saudí vaya a China para socavar las iniciativas de China en Irán. Eso forma parte de la estrategia geopolítica norteamericana, pero provocará conflictos, y es también cierto para otros recursos como el hierro, el cobre, el litio, etc. Este es un problema grave y creciente, y da una predicción bastante sombría del futuro, a menos que haya cambios significativos.
Fuente: http://thoughteconomics.blogspot.com/2011/04/understanding-democracy.html

ESPAÑA: LA RUPTURA ECONOMICA PENDIENTE

La ruptura económica pendiente



A Ramón, en su último día ejemplar

La posición de la economía española es insostenible y esta calificación hay que entenderla de un modo estricto: en algún momento y por cualquier motivo, que puede ser en apariencia baladí, se desencadenaran acontecimientos traumáticos que cambiarán radicalmente la situación, produciéndose una ruptura de las condiciones y del contexto actual.
El fondo del problema es el enorme volumen de pasivos financieros que tiene la economía española con el exterior, en forma de compromisos (préstamos, depósitos, bonos privados y deuda pública) y de derechos en manos extrajeras (acciones y otras participaciones). Tal endeudamiento ha surgido, por un lado, de los continuos y graves déficits de la balanza por cuenta corriente registrados desde la creación del euro hasta el año 2008 en que se declaró la crisis financiera internacional (déficit que, aunque se ha corregido significativamente en los dos últimos años por la aguda recesión sufrida por la economía, con las consecuencias desoladoras conocidas sobre el empleo y el paro, todavía en 2010, se aproxima al 5% del PIB). Por otro lado, por los cuantiosos recursos financieros demandados en los mercados internacionales, principalmente por las empresas españolas para acometer, a su vez, importantes inversiones en el exterior.
Unos sencillos datos pero básicos recogidos en el cuadro adjunto reflejan la entidad del problema al que me refiero. La posición exterior neta de la economía española al final de 1998, antes de la implantación del euro, era negativa y ascendía a 155.400 millones de euros, equivalentes al 28,8% del PIB de aquel año. Al final de 2010, esa posición exterior se ha multiplicado casi por seis, alcanzando los 903.800 millones de euros, el 85,1% del PIB. De ellos, 261.000 corresponden a las Administraciones Públicas -la deuda pública en manos extrajeras- y el resto al sector privado -las instituciones financieras españolas y las empresas no financieras y las familias-. El empeoramiento en los doce años de vigencia del euro, consecuencia de los déficits acumulados de la balanza de pagos, ha sido de 748.400 millones de euros. En ese mismo período, los pasivos exteriores, reflejando una actividad financiera desmesurada, han aumentado casi 1 billón de euros más que el endeudamiento exterior neto, exactamente 1.742.900 millones de euros. Ello ha permitido financiar el incremento de los activos españoles frente al exterior en 994.600 millones de euros. Así, al final de 2010, los pasivos exteriores de la economía española ascendían a 2.283.400 millones de euros, esto es, 2,3 billones, y los activos exteriores ascendían a 1.379.700 euros.

Posición Exterior de España

1998
2010
Variación

mill. €
%PIB
mill. €
%PIB
mill. €
Endeudamiento exterior
155.400
28,8%
903.800
85,1%
748.400
Pasivos exteriores
540.500
100,2%
2.283.400
214,9%
1.742.900
Activos exteriores (-)
385.100
71,4%
1.379.700
129,8%
994.600
PIB
539.500

1.062.600

523.100
Fuente: Banco de España. Cuentas financieras de la economía española

No todos los 2,3 billones de euros de pasivos son exigibles de la misma manera, ni implican los mismos compromisos, ni tienen el mismo grado de volatilidad o liquidez, pero sí hay que saber que es una cifra enorme, el 214,9 % del PIB, que exige pagos de rentas, intereses y amortizaciones, e implica la necesidad de renovar préstamos, créditos y emisiones de bonos, en un contexto de crisis financiera internacional no resuelta, con gran desconfianza en los mercados y dudas sobre la solvencia de los países altamente endeudados como el nuestro. Todo ello eleva los intereses a pagar, las primas de riesgo, en función de lógicas y justificadas sospechas.
En qué consistirán los acontecimientos traumáticos a los que me he referido no es fácil de predecir. Podría ser un proyecto de “rescate” según los modelos griegos e irlandés puestos en práctica o el inminente portugués, que, como se sabe, no significan más que un intento temporal de evitar la catástrofe, pero que en modo alguno implican un salvamento real de economías desahuciadas. Como es sabido, la entidad de la economía española y el volumen de sus deudas no sólo hace más complicado ese “rescate”, sino que la quiebra puede originar una grave crisis en el conjunto de la Unión Europea, pues el impago de los compromisos españoles ocasionaría graves pérdidas a instituciones financieras de otros países como Alemania y Francia. ¿Se negociará la salida del euro de algunos países, como ya se contempla abiertamente en el caso de Grecia? ¿Se producirá alguna declaración unilateral de bancarrota? Cabe especular sobre la forma que adquirirá la ruptura, pero está fuera de duda que ésta tendrá que producirse.
Hay sobre el tapete dos alternativas políticas sobre cómo afrontar la situación. La primera es la que defiende más ajustes de todo tipo y es la que viene aplicándose desde mayo de 2010, en un intento de evitar el “rescate”, anticipándose a las exigencias que impondrán los poderes económicos internacionales. Es compartida por el PP y el PSOE, con matices sin duda entre ellos, y tienen en común una elocuente falta de claridad, pues resulta contraproducente exponer sus agresivas intenciones, sobre todo ahora por los procesos electorales en curso. No acaban de elucidar, sobre todo el PP, en qué consiste exactamente la política de ajuste y reformas que pretende, pero está claro que significará un acoso a los derechos sociales y laborales, y una degradación de las condiciones de vida de la población. Esta alternativa tiene el gravísimo inconveniente que implica agravar la situación económica y social, léase más paro, pobreza, marginación y desigualdad, sin que con ello se resuelva la situación de quiebra de la economía, por lo cual, prolongando la lógica de esta alternativa, nos encontraríamos con un intento de imponer un ajuste indefinido cada vez más duro, que acabaría por ser insostenible socialmente (el caso de Grecia estos días, al año de su “rescate”, es elocuente). Por lo demás, decir socialmente insostenible implica afirmar también que es incompatible con un régimen democrático y de libertades.
Por parte de la izquierda bien pensante, se habla de una salida progresista a la crisis, con la idea de remediar en parte los desastres actuales y de evitar que la crisis se descargue sobre las capas sociales más desfavorecidas. Por supuesto, siempre hay márgenes para que la política tenga un carácter menos brutal, pero los dos grandes problemas que plantea esta alternativa son: por un lado, disponer de la fuerza social y el poder político necesario para llevar a cabo políticas progresistas del tipo de hacer una reforma fiscal, aumentar la protección a los parados, impedir desahucios, aumentar pensiones, etc. Cosa que en estos instantes, por la relación de fuerzas, se ve muy difícil. Por otro lado, tal política complicaría la situación económica en lo inmediato, en la medida en que los mercados financieros se agitarían de tal modo que los peligros latentes se desatarían y echarían por tierra fácilmente esos intentos de política progresiva. No obstante, la gran cuestión que no hay que dejar de tener presente es que, si se lograra cambiar el sentido de la política reaccionaria actual, no por ello el país dejaría de estar en una situación de bancarrota.
La conclusión es obvia: la amenaza permanente de acontecimientos traumáticos no desaparecerá cualquiera que sea el signo de la política económica y social. El agravamiento de la crisis está cantado por la acumulación de los problemas existentes: el volumen de la deuda externa ya referido, complicado por la situación muy degradada del sistema crediticio español, derivada fundamentalmente de la disparatada evolución del sector inmobiliario a lo largo de la pasada década. La banca y las cajas de ahorros tienen que hacer frente a una deuda exterior enorme, mientras que parte importante de sus activos son elementos muy poco rentables y sobrevalorados. Y se debe recordar lo obvio: el endeudamiento exterior seguirá aumentando pues sigue produciéndose un déficit significativo de la balanza por cuenta corriente. Para disminuirlo sería preciso generar un excedente, situación que, con el euro, la destrucción del aparato productivo originada por la recesión, los ajustes y los problemas de financiación, queda fuera de perspectiva.
Ni el PP y el PSOE van a cambiar sus políticas, pues no tienen otra en el marco del sistema actual y comparten, como objetivo esencial, el mantenerse en la moneda única. La inmensa mayoría de la izquierda sigue sin querer enterarse de la situación dramática en que está colocada la sociedad española. De ahí que, con ingenuidad, se hable de la salida progresista, en el mejor de los casos, o se colabore ciegamente, en el peor, como han hecho los sindicatos mayoritarios con la firma del pacto de las pensiones, con la idea de que con algunos sacrificios pronto se recuperará la “normalidad”, se saldrá de la crisis y se volverá al viejo orden anterior. Nadie parece querer enterarse de que la verdadera alternativa de la izquierda pasa por comprender que la situación actual es insostenible y que hay que prepararse para una ruptura económica en la que ya no será lo esencial el progresismo de la política, sino cómo instituir un nuevo modelo económico, poniendo en cuestión todo el marco actual de relaciones internacionales y las bases del sistema económico creadas bajo la hegemonía del neoliberalismo.
En la Europa de Maastricht nuestro país no puede sobrevivir. Romper con Europa implicará un gran caos, que será pavoroso y es indescifrable ahora, pero que resulta inexorable y dará paso a una realidad que suscitará una problemática nueva. Dar respuesta a las cuestiones vitales de una sociedad con un paro enorme y una situación social en extremo degradada hará ineludible plantearse soluciones que hoy parecen impensables o meras utopías, como pueden ser el impago de la deuda, la nacionalización de la banca y los sectores estratégicos o la intervención directa del Estado en muchas actividades de la economía.
Se argumentará falazmente: si la izquierda no está en condiciones de imponer medidas progresistas ante la crisis, mucho menos lo estará para cambiar el orden establecido y derrotar al neoliberalismo en su expresión externa, la Europa de Maastricht, e interna, el modelo económico actual. Falazmente porque, siendo verdad que la situación real de la izquierda en estos momentos está muy lejos de las exigencias que la nueva fase política reclama, tanto de las masas como de las direcciones políticas y sindicales, no es menos cierto que la acumulación de problemas -paro, hambre, miseria, ausencia de futuro para las nuevas generaciones- crea un campo abonado excepcional para cambiar rápidamente la conciencia y la actividad de las masas. Ha pasado poco tiempo desde la irrupción de la crisis para que el conjunto de la sociedad acepte y asuma que el pasado de bienestar no volverá, y todavía funcionan amortiguadores sociales de todo tipo que hacen que la desesperación no se exprese aún en la calle con la intensidad que cabría esperar. Pero el campo está minado y por cualquier circunstancia el fuego puede prender. De hecho, ya empieza a haber movilizaciones e intentos de agrupamiento que sugieren que una nueva actitud y conciencia está surgiendo en la sociedad.
Pensar que el engendro de la Europa de Maastricht es reformable me parece utópico, después de haber abocado a muchos países a crisis existenciales. Por tanto, los objetivos y tareas que se tiene que proponer la izquierda en estos momentos surgen de la comprensión de los problemas de fondo, de la imposibilidad de solución en el marco del sistema actual y de los cambios políticos que hay que ayudar a gestar. Hay que prepararse para una ruptura social y hay que intentar por todos los medios que esa ruptura ponga en marcha soluciones encaminadas a resolver los problemas económicos y sociales de la inmensa mayoría de la población, soluciones que, sobre todo, tienen que tener el objetivo de desmontar el mundo que el neoliberalismo ha creado e impuesto en tantos órdenes de la sociedad. El tiempo corre.
Pedro Montes. Miembro de la Coordinadora Federal de Socialismo 21

miércoles, 4 de mayo de 2011

EL SOCIAL-LIBERALISMO EN EL PERÚ: OLLANTA Y KEIKO



Autor:Dr. Carlos Jara Cuevas

La tendencia de la intención electoral y los recursos mediáticos  de Ollanta
La tendencia de la encuesta puede indicar una previsión de que en el caso de Ollanta se está dando una crisis de crecimiento, en suma la bola de Ollanta crece como una pompa de jabón o como un ovillo de algodón, por un lado el hecho de variar a cada momento y descafeinar sus ofertas políticas desligadas de su propio programa de gobierno buscando la concertación hacia el centro político sin embargo para las valoraciones estratégicas de estas semanas que vienen, la tendencia puede variar porque su oferta es muy cambiante esa variable inside en su propio nicho electoral y genera duda e incertidumbre en los electores que no definen su voto hasta el último día incluso hasta el último momento de marcar su voto. Lo que esta pasando con la comisión de apoyo y su staff de asesores brasileros es que Perú no es Brasil ni es Venezuela, la sensibilidad de los electores se definen por su origen cultural, social y racial, los pueblos con población andino-descendientes es decir los indígenas y cholos en el Perú que son la mayoría no tiene la misma sensibilidad del mestizaje afrodescendiente como en el caso del Brasil y de Venezuela, la imagen de la sociedad de cada una de ellas (Perú, Brasil y Venezuela), se diferencia por esas características que son también históricas y al mismo tiempo arrinconadas por la extrema pobreza y el estado de  su dignidad como personas y sobre todo como ciudadanos en un Estado de Derecho dentro de una Economía de mercado. En el Perú los movimientos anticoloniales reivindicaban la monarquía de indios nobles que fueron derrotados, la independencia fue formal en el sentido de pretender ser una monarquía peruana con un linaje extranjero esa era la razón de estado que no prospero, ni el último Virrey ni los independentistas criollos siendo muy fidelistas a la Corona de España hasta el ultimo momento se pudieron entender, esto fue arrasado por Bolívar y la primera dictadura que instauro haciendose nombrar Presidente vitalicio, la llamada clase dirigente fue aniquilada y fraccionada en feudos político y militares caudillescos y esto marco el sello de la conducción del Estado incluyendo haberlo partido en tres pedazos  sumando además lo que se partió y apropio Brasil por el lado de la Selva.  Muy distante es en el caso de Brasil que se convirtió en Monarquia y Venezuela con sus Hacendados y contrabandistas en el Caribe manejaron sus países a nosotros nos desestructuraron y nadie se intereso en integrarlo.

Avanzar sin confrontar la paciencia oriental de Keiko
Si los indicadores porcentuales van variando como señalo para las próximas semanas la tendencia de la no confrontación de Keiko y en la incidencia de políticas social-liberales que va promoviendo puede ir convirtiéndose en un huaico electoral mas creíble pues esto se convertiría en un escenario mas sensible, menos ideológico y mas pragmático; entre la inestabilidad de la oferta de Ollanta y la tranquilidad oriental de Keiko. Por otro lado a nivel geopolítico y económico, la economía peruana es una economía de éxito con crecimiento del 9%, sumado a las relaciones del bloque del Pacífico (Perú, Chile, Colombia, Panamá, México, EEUU y Canadá) frente a la alternativa Bolivariana del ALBA aliado al BRICS, en suma las elecciones en el Perú definirán un Plan y un modelo de gestión económica de continuidad o de discontinuidad en el marco de la economía de mercado y de la seguridad integral, la clave esta en esto y en las relaciones geoeconomicas con el Brasil. Un aspecto que en el Perú va siendo necesario incidir es en el reconocimiento de la existencia de pueblos y minorías étnicas no representadas en el Estado en la democracia y en la Constitución del 93 los cuales no se expresan con una circunscripción electoral propia de los indígenas andinos, amazónicos y los afrodescendientes, que tienen un notorio arraigo histórico y social, esa condición de invisibilidad histórica esta registrado en derechos y ciudadanía no reconocidos, no podemos crear órganos de consulta, ni instituciones de tutelaje, o entidades que hablen en nombre de ellos y que al final crean mecanismos para establecer reservaciones al estilo de los indios en los Estados Unidos.

Descafeinandose hacia el centro social-liberal
En este poco tiempo cada cual es una opción que esta cercanamente a una propuesta social-liberal es menos creíble en el caso de Ollanta que finalmente se ha decidido aceptar el centrismo con una maquiavélica modificación de su programa e incluso de algunos de sus principios de modelo económico, de la función empresarial y del Estado. Por otro lado el marco del liberalismo  esta orientándose al centro político y decididamente se observa que el social-liberalismo la atrae desde su posición conservadora a Keiko. Por eso más que un centro izquierda o centro derecha esto puede coincidir hacia un centro social-liberal, el tablero está servido pero ya se observan crisis de crecimiento temprano y subida paulatina de crecimiento electoral sin confrontación ya veremos cómo articulan sus programas en el próximo debate entre los dos candidatos, pero  una cosa estratégica puede ser más importante que no debatan en los medios sino en las calles hasta el último día para promocionar sus candidaturas y sus propuestas.Si finalmente observamos parece que el programa de Toledo vaya a convertirse en el programa de Ollanta.

Madrid 04 de mayo de 2011