viernes, 8 de marzo de 2019

MUJER A LA OTRA ORILLA DEL HORIZONTE DEL SUEÑO



Carlos Jara Cuevas
Londres 8/03/2019, Analista de Política internacional. Prensa Internacional para Gaceta Ucayalina

Decía un amigo en el chat escribe para ellas en su día pensando en el presente en el día a día del futuro del Perú. Décadas celebramos el día de la mujer y el nombre de ellas está más cerca de Dios como María y sus apellidos están más cerca de la tierra y es precisamente en la tierra está el más aquí y el más allá para ellas porque ellas no aparecen ni en la tv ni en la prensa esa mujer en el mundo es la mayoría las que no tienen voz y las que no existen, ellas no celebran nada más que el infortunio diario de sus pesadillas como madres abandonadas por la violencia familiar y la prematura juventud para tener más hijos sin percatarse de lo que se le viene encima cuando despiertan en la soledad y la impotencia de no tener que comer ni que darle a sus pequeños. 

La panorámica situación de la mujer tiene que abordarse desde una perspectiva multidimensional de la pobreza entre ellas la educación una gran parte de ellas en el Perú y sobre todo las mujeres migrantes de la selva y de la sierra no tienen más que unos estudios primarios realizados en la precariedad que las limita en oportunidades como mujer insertándose en el mundo de la informalidad laboral  o en la prostitución enmascarada o en la callejera, es decir en la turbulencia de tener amigos con derechos o simplemente hacer la calle. 

Pero sería esta parte descriptiva de un importante sector de las mujeres a las que nos referimos hay otras que con la carga de los hijos intentan salir del agujero en el comercio informal en la venta callejera, o en oficios mal pagados como las jaladoras, las vendedoras, las azafatas de restaurants y casinos por citar más lugares de actividad laboral con salarios precarios y sin derechos. 

Que ha cambiado en el mundo de la mujer en estas décadas  en el Perú; tienen derecho al voto, tienen ciertas leyes protectoras y sin embargo esas medidas paliativas no son lo suficientemente positivas ante la violencia familiar o de parejas, es casi seguro que mientras vamos comentando en este día la problemática de la mujer en alguna parte de la ciudad de Lima o del interior del país están siendo violadas, vejadas, maltratadas y a fin de cuenta asesinadas por sus parejas o ex maridos que lo único a lo que ha conducido el destino de su prematura juventud es a llenarse de hijos sin control a morir de una paliza y en gran medida ver afectada su salud mental ya que muchas de ellas terminan con el síndrome de estocolmo “aman a su verdugo sometidas a violencia física y verbal”. 

Hay otros aspectos en países como el Perú y en este caso Lima metropolitana; la anemia, la desnutrición y el TBC, como es posible después de treinta años de las bondades del llamado libre mercado disponemos de una sociedad joven en las peores condiciones de salud y alimentación sufriendo enfermedades supuestamente superadas y con las consecuencia de una educación igualmente precaria y con una salud mental donde la depresión y las psicopatías terminan acabando con generaciones de mujeres jóvenes en el Perú como si ser  mujer  sea un calvario y una tragedia con su sola existencia. 

A esta situación hecha más carbón los medios de comunicación ese cajón o esa pantalla plana con programas y telenovelas propias de la telebasura que vienen transmitiendo desde décadas unos moldes de convivencia, comportamiento a imitar como modelos de vida o futuros para todas las mujeres. 

Esta labor mediática cimienta desde décadas como debe insertarse una mujer si quiere sobrevivir a la oportunidad ya que sus derechos solo están en el papel y no en la vida real. 

Donde están los resultados de que el “el Perú primero” si ya disponemos de información de que más de la mitad de las mujeres ni estudian ni trabajan jóvenes adolescentes son madres de familia casi sin llegar a los veinte años y no solo con un hijo sino con una reproducción que llega a una corta de edad de juventud a sobrepasar los cuatro hijos con un trauma y desestructuración de sus unidades familiares debido al desempleo y con ello derivan a la violencia familiar, imagínense que puede esperar conseguir una mujer en el Perú que tiene una educación primaria sin terminar o con una primaria solamente solo la oportunidad de tener un trabajo precario y de hambre. 

Hay mujeres que regresan a sus pueblos de origen con los mayores problemas obtenidos en la capital ahondando más su condición humana y como repito su salud mental. Esta fecha debe servir para no solo recordar el papel histórico de la mujer sino para reclamar al Estado peruano que declare con carácter de urgencia que la situación de la mujer peruana esta en emergencia en grado terminal de insuficiencia de derechos familiares, educativos, salud, bienestar, vivienda, derechos laborales para una mejor calidad de vida. 

Este es el llamado Bicentenario que nos espera para las mujeres en el Perú. Este 8 de marzo que no sea reuniones de cocteles y agasajos sino de derechos a respetar y aplicarlos en defensa de la familia y de la mujer. El Estado peruano debería de volver la mirada atrás y no ser un verdugo de sus propias mujeres y sus hijos. 

Hace unos días aquí en Londres vi discutir a una pareja con su hijo en un restaurante y en vez de terminar a gritos y agresiones el hombre que la acompañaba termino yéndose sin levantar la voz, sin agredir sin contestar sino se marcho en silencio, claro lo que consumieron la mujer lo pago porque por lo menos aquí hay derechos y la mujer por lo menos tiene mas autonomía tiene trabajo y mas educación es decir mas oportunidades en una país abismalmente distinto que el Perú. Entonces la mujer peruana y sus nuevas generaciones debe organizarse para luchar por sus derechos, por sus hijos por recuperar el Perú para los peruanos.